Los extremos del peso corporal: un riesgo silencioso para la salud integral
- Sia Salud Digital
- hace 7 días
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Los carteles lo venden, en la televisión y en las redes nos rodean imágenes de personas que no parecen reales, cuerpos tonificados y pesos perfectos, pero ¿perfectos para quien?. En una sociedad saturada de estándares estéticos inalcanzables, cada vez más personas enfrentan trastornos relacionados con el peso corporal, vemos como hay una gran mayoría de personas teniendo problemas emocionales y psicológicos por no poder ser parecidos a estereotipos que los envuelven.
Ya sea por exceso o deficiencia. La obesidad extrema y la delgadez extrema, como en el caso de la anorexia o la obesidad, representan riesgos serios para la salud física y emocional, afectando a hombres y mujeres de todas las edades, aunque con mayor prevalencia en la población femenina. Los modelos a seguir en la gran mayoría de casos están relacionados con las figuras que se admiran, se cree que el tener un cuerpo “perfecto” lleva a la felicidad.
Si hablamos de obesidad en muchos de los casos está relacionado con afectaciones psicológicas, las cuales llevan a la persona a ingerir grandes cantidades de comida para satisfacer sus necesidades emocionales. Ambos extremos no solo implican riesgos médicos, sino que suelen estar estrechamente ligados a problemas de autoestima, salud mental y presión social, factores que muchas veces pasan desapercibidos.
"Tu cuerpo no es un proyecto para corregir: es tu hogar. Cuídalo con compasión, no con críticas" 💙
Obesidad extrema, mucho más que un tema estético

La obesidad mórbida, o de grado III, ocurre cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 40. Esta condición, más allá de la apariencia, incrementa considerablemente el riesgo de enfermedades graves. Una de las consecuencias de la obesidad mórbida puede ser la muerte, el cuerpo no puede superar por sí mismo diversas enfermedades por el estado en el que se encuentra, lo más preocupante es que muchos pacientes aun conociendo el riesgo no cambian sus rutinas o ingesta de alimentos.
Este tipo de obesidad puede estar relacionada con malos hábitos alimenticios, sedentarismo, trastornos hormonales, pero también con alimentación emocional, una respuesta a vacíos afectivos o frustraciones. En algunos casos al no poder tener el cuerpo perfecto sucede el efecto contrario, se llena el vacío emocional por medio de la comida y se afecta no sólo la apariencia sino la salud en general.
Para las personas con obesidad muchas veces salir a la calle supone un gran reto, no solamente por que los espacios no están diseñados para personas con esta condición, a su vez se ven enfrentados al juzgamiento, las miradas de desprecio y en otras ocasiones hasta burlas. Comprender que muchas personas por su propio metabolismo no pueden controlar su peso o que su salud psicológica las lleva a estar en estos estados es muy importante, ayudarlas a superar sus miedos y frustraciones puede cambiar su estado emocional y de salud.
Las enfermedades que puede desarrollar este trastorno son:
Hipertensión arterial.
Diabetes tipo 2.
Enfermedades cardiovasculares.
Problemas articulares y óseos.
Apnea del sueño.
Trastornos del estado de ánimo, como depresión o ansiedad.
Delgadez extrema y anorexia, el riesgo de desaparecer para encajar

Por otro lado, muchas personas, especialmente mujeres jóvenes, desarrollan trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nerviosa, en la cual el miedo irracional a subir de peso lleva a una restricción extrema del alimento, a veces acompañada de purgas o ejercicio excesivo. Según expertos cuando afectas tu salud física para llegar a determinada meta de apariencia corporal, puede existir un problema psicológico severo.
La causa más común de la anorexia es la falta de autoestima, aunque es normal para todo ser humano observarnos al espejo y ver que hemos subido o bajado de peso, para las personas anoréxicas es un trauma real. Una persona con este trastorno al verse al espejo tiene una imagen distorsionada de sí misma, generando sentimientos de repulsión y maniacos.
La anorexia no es una elección, es una enfermedad mental compleja, vinculada a percepciones distorsionadas de la imagen corporal, baja autoestima y presión social. Para muchas jóvenes que sufren de trastornos alimenticios el hablar con otras personas de ello les causa muchos miedos, por esto se ven casos donde el tratamiento de esta enfermedad es en estados muy avanzados.
Las consecuencias físicas de la anorexia son devastadoras:
Pérdida severa de masa muscular y grasa corporal.
Amenorrea (ausencia de menstruación).
Anemia.
Desnutrición.
Osteoporosis.
Fallos cardíacos.
Riesgo de muerte.
La población masculina no está exenta de sufrir trastornos.
Aunque los trastornos alimenticios están comúnmente relacionados con las mujeres, la población masculina también sufre de ellos. Los hombre actualmente tienen mayor prevalencia a la obesidad en edades adultas, llegando a cifras alarmantes de obesidad mórbida, los casos más conocidos de trastornos alimenticios en hombres son llamados “trastorno por atracones” el cual está seguido en algunos casos por bulimia nerviosa. Este trastorno lleva a la persona a ingerir cantidades exageradas de comida, muchas veces como las mujeres aunque saben el riesgo que esto conlleva no pueden dejar de hacerlo. Este trastorno en la población masculina está directamente relacionado con necesidades emocionales, frustraciones y patologías psicológicas.

Otro de los casos que se ha vuelto más común con el tiempo es un trastorno relacionado con la concepción estética. Muchos hombres pasan tiempo en el gimnasio o haciendo deportes que les ayuden a crecer su masa corporal y tonificar sus músculos, sin embargo existe un exceso que afecta la salud drásticamente, este trastorno es la “vigorexia” que lleva al consumo de esteroides, anabólicos y otras sustancias para hacer crecer la masa muscular, el exceso de estas prácticas está relacionado con la autoestima y una visión estética herrada. Esta conducta puede conducir al aumento de ansiedad y depresión, interfiere en la fertilidad masculina, además de poner en peligro su vida con mayores posibilidades de atrofia muscular, infarto, insuficiencia renal, trombosis y cáncer.
Cuando el espejo miente
Este relato nos lo comparte Luisa, una joven ibaguereña que enfrentó una lucha silenciosa contra la anorexia por más de dos años, hasta que su cuerpo y su mente colapsaron.
“Desde que era chica siempre me sentí diferente, soy la menor de tres hermanas, mis hermanas mayores se parecen más a mi padre, son de ojos claros, cabello rubio, son delgadas y altas igual a mi papa. Yo me parezco mas a mi mama, soy de cabello oscuro ojos cafés y mas rellenita y bajita, desde que íbamos a reuniones familiares en casa de la familia de mi papa me molestaban mucho, me decían que debía bajar de peso, que me estaba colocando gordita y que no se veía bien a mi edad, en el colegio no era diferente.
Al entrar en la universidad decidí bajar de peso aunque mi mama y papa me decían que estaba bien en el peso que estaba, yo no les creía, me miraba al espejo todos los días y me sentía gorda, me veía fea y desagradable. empecé con dietas extremas y luego cuando tenía 8 años, y empecé a dejar de comer, mis padres y hermana estaban muy preocupados por mi, mis compañeras de universidad me preguntaban si estaba bien por que me veia muy flaca, yo seguía creyendo que estaba gorda que tenia que bajar mas de peso. Me sentía débil, con sueño y me dolía el cuerpo, pero cuando veía que bajaba de peso me sentía feliz y si comía algo me sentía culpable y vomitaba mucho.
Un día me desmayé en la universidad y ahí ya todo se puso peor, me tuvieron que llevar al médico y al psicólogo, estaba muy por debajo de mi peso, estuve hospitalizada un tiempo y me diagnosticaron anorexia, depresión y ansiedad. Necesité mucha ayuda psicológica para volver a comer normalmente, a cuidar de mi misma, lo más difícil fue verme a mí misma al espejo y no sentirme mal, no pensar que estoy gorda o fea. La ayuda de mi familia fue fundamental, mis hermanas y mis padres me dicen todos los días lo bien y hermosa que soy y no volvieron a permitir que otras personas me dijeran cosas hirientes, aprendí que mi mejor talla y mi mejor peso es dónde está mi autoestima, donde yo estoy bien”
Autoestima, imagen corporal y salud emocional: una relación profunda para tu salud integral
Tanto la obesidad como la anorexia comparten una raíz común, la dificultad para aceptarse y valorarse tal como se es. Las redes sociales, los estereotipos impuestos, la presión por “verse bien” y la falta de educación emocional, conducen a miles de personas a extremos que ponen en riesgo su salud y su vida.
La imagen corporal distorsionada es una señal de alerta que requiere atención psicológica urgente. Ignorarla puede derivar en trastornos alimentarios, depresión, aislamiento social y pensamientos autodestructivos. Siempre es importante cuidar del cuerpo sin descuidar la salud mental
Una alimentación saludable, el ejercicio físico adecuado y la atención emocional son pilares inseparables de la salud integral. Para lograrlo, es fundamental:
Consultar a profesionales en nutrición, psicología y medicina general.
Reconocer las señales de alerta en uno mismo o en quienes nos rodean.
Evitar seguir dietas extremas o rutinas no supervisadas.
Fomentar una cultura del autocuidado y no de la apariencia.
Hablar de salud emocional con naturalidad y sin estigmas.
En Sia Salud, creemos que el equilibrio entre cuerpo, mente y emociones es la base del bienestar. Si te has sentido mal con tu cuerpo, has perdido el apetito o comes de forma descontrolada, si sientes culpa al comer o te esfuerzas por alcanzar una figura irreal, no estás sol@. Nuestros profesionales en salud mental están para escucharte y acompañarte en el proceso de sanación.

"Tu peso no define tu valor, pero tu bienestar sí. Hoy puede ser el primer paso hacia una vida más equilibrada y en paz contigo mismo. No lo dejes pasar." 💚
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